Del desierto al mundo: El alcance global del petróleo del Golfo en 2024
- AMP
- 17 jun
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Si bien Estados Unidos aún importa petróleo del Golfo Pérsico, alrededor de 0,5 millones de barriles diarios (b/d) en 2024, esta cantidad ha disminuido drásticamente en las últimas décadas.
Estados Unidos ahora depende más de su propia producción y de las importaciones canadienses, lo que redefine los patrones comerciales que antes dependían en gran medida de Oriente Medio.
Sin embargo, en gran parte del mundo, especialmente en Asia, la situación es muy diferente.
Los países que rodean el Golfo Pérsico, en particular Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait, siguen siendo actores centrales del mercado petrolero mundial.
Estas naciones no solo son importantes productores, sino también algunos de los principales exportadores del mundo.
Una parte significativa de su petróleo crudo aún fluye a través del Estrecho de Ormuz, un paso estrecho pero estratégico entre Irán y Omán que conecta la región con los mercados globales.
En 2024, solo Arabia Saudita exportó 5,5 millones de b/d de petróleo crudo y condensado a través de Ormuz, el 38% de todos los envíos de crudo del Golfo, según la EIA.
Los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait también contribuyeron con grandes volúmenes. Estos flujos son esenciales, no solo en cantidad, sino también por su influencia global.
¿Quién compra petróleo del Golfo?
En 2024, alrededor del 84% del petróleo crudo y el 83% del GNL que pasaron por el Estrecho de Ormuz se dirigieron a Asia.
Los principales compradores fueron China, India, Japón y Corea del Sur, que en conjunto absorbieron el 69% de las exportaciones de crudo del Golfo.
A medida que estos países continúan creciendo, su necesidad de energía confiable mantiene a los productores de Oriente Medio en el centro del suministro mundial.
¿Cómo llega?
Aunque los buques cisterna a través de Ormuz siguen siendo la ruta principal, los productores han construido rutas alternativas para reducir el riesgo.
Arabia Saudita opera el Oleoducto Este-Oeste, que se extiende desde los yacimientos petrolíferos cerca del Golfo Pérsico hasta Yanbu en el Mar Rojo.
Tiene una capacidad de transporte de hasta 7 millones de barriles diarios y se utilizó con mayor frecuencia en 2024 para evitar interrupciones en el transporte marítimo.
Los Emiratos Árabes Unidos también utilizan un oleoducto desde sus yacimientos interiores hasta la terminal de Fujairah, en el Golfo de Omán.
Esta ruta evita Ormuz y, en 2024, ayudó a los Emiratos Árabes Unidos a impulsar las exportaciones de crudos más ligeros, a la vez que procesaba más petróleo pesado en el país.
Irán, por su parte, intentó ampliar sus exportaciones a través del oleoducto Goreh-Jask, pero con poco éxito.
A finales de 2024, transportaba menos de 70.000 barriles diarios y detuvo la actividad en esos puertos en septiembre.
La demanda regional está en aumento.
Una tendencia creciente es el aumento de la capacidad de refinación en el Golfo.
Países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos están refinando más de su propio petróleo, no solo para consumo local, sino también para la exportación como productos terminados.
Este cambio significa que se envía menos crudo al extranjero y se retiene más valor en el país.
En definitiva, la producción petrolera del Golfo sigue siendo muy relevante, no solo por su cantidad, sino también por a quiénes sirve y la rapidez con la que llega a ellos.
El rápido acceso a Asia y las opciones flexibles de exportación siguen otorgando a la región un papel dominante en el mercado energético mundial.

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